En cada boda, hay una historia de amor única que se despliega en tiempo real. Y en la boda de esta pareja, su hijo fue el protagonista de esa historia.
Desde los preparativos hasta el baile, su pequeño estuvo presente en cada momento, llenando el día con risas, ternura y momentos inolvidables.
Como fotógrafos de bodas, siempre nos esforzamos por capturar la esencia de la pareja y su amor en nuestras fotografías. Pero cuando hay un niño presente, la dinámica cambia y se convierte en una experiencia aún más especial y significativa.
En esta boda, trabajamos estrechamente con la pareja para asegurarnos de que su hijo fuera una parte integral de cada momento, sin interrumpir el flujo natural de la celebración. Desde las fotografías de los preparativos, hasta el momento en que caminaron juntos hacia el altar, cada detalle fue capturado en nuestras fotografías. Hasta el momento sorpresa de la pedida de mano, donde estábamos compinchados para que todo saliera a la perfección y el pedazo de baile que se marcaron al estilo dirty dancing!
En definitiva, el amor que se comparte en una boda siempre es especial, pero cuando un niño está presente, el amor y la alegría se multiplican. Estamos agradecidos por la oportunidad de haber capturado la historia de esta familia y de haber creado un reportaje fotográfico que pueda ser atesorado por muchos años.
Aquí un pequeño resumen de una gran boda!